La villa de Sintra es una de las más conocidas de Portugal, especialmente por estar catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1995. Ubicada al norte del área Metropolitana de Lisboa en la región de Estremadura, recibe más de dos millones de visitantes que acuden para conocer el vasto conjunto de lugares dispersos dentro de la ciudad y en los parques aledaños.
Sintra es célebre por haber sido residencia estival de los reyes portugueses, y por el conjunto de castillos, palacios -como el da Pena, Queluz, o Monserrate-, jardines, museos, paisaje natural y en la costa las playas como Praia da Adraga. Aunque hay una localidad que se llama Sintra, el municipio entero lo forman 11 freguesias (pedanías), con una superficie de 319,23 km², con una gran parte formada por el Parque Natural de Sintra-Cascais
Qué ver en Sintra
El centro urbano de Sintra cuenta con varios edificios importantes, siendo el más destacado el Palacio Nacional de Sintra, distinguible por sus chimeneas gemelas. En el mismo centro histórico de Sintra está la Quinta de Regaleira (finales del siglo XVII) y el Ayuntamiento (inicios del siglo XX).
Entrada al Palacio da Pena
Palacio da Pena
Considerado el lugar más bonito de Sintra, el Palacio Nacional da Pena parece sacado de la imaginación de un cuento. Los vivos colores de su exterior, rojo, azul y amarillo y la combinación a primera vista anárquica pero armoniosa de elementos de estilo gótico / neomanuelino, morisco o clásico / renacentista, convierte el Palacio de Pena en un edificio irrepetible.
Previamente al palacio el enclave lo ocupaba el antiguo monasterio jerónimo de Nuestra Señora de la Peña, que desde 1511 hasta 1834 ocuparon los monjes. Tras la expulsión de las ordenes y la desamortización del monasterio en 1838, el rey Fernando II dejó la remodelación en manos del arquitecto Barón de Eschwege. El resultado fue un edificio de corte ecléctico que mezclaba diferentes estilos e influencias góticas (neomanuelinas), egipcias, moriscas y renacentistas.
Parte del monasterio se conservó, el claustro, la capilla, la sacristía y la torre del campanario, en el área conocido hoy como el Palacio Viejo. Además el espacio se amplió, con el corte ecléctico que tanto le caracteriza, sin renunciar a elementos clásicos de un castillo como el paso de ronda o el puente levadizo en la entrada medieval, pero con numerosas terrazas panorámicas, el fascinante pórtico de Tritón, un reloj en la torre, salas lujosas y amplias adaptadas a los gustos refinados de la época. El interior del Palacio Nacional da Pena fue restaurado para recobrar el aspecto original en 1910, cuando fue residencia real portuguesa durante los meses de verano.
Después de la visita al Palacio de Pena se puede caminar libremente por los jardines aprovechando los diferentes ángulos del colorido edificio que se ve prácticamente desde todos los lugares. Uno de los puntos panorámicos es desde la Cruz Alta, cuyo pico de 528 metros es un mirador natural.
Castelo dos Mouros
Las murallas recortadas del Castelo dos Mouros se mimetizan con el relieve montañoso para sostenerse sobre la colina que domina el centro histórico de Sintra. Desde lo alto las vistas del Palacio de Sintra y de otras villas diseminadas y semiocultas entre el intenso bosque verde de la Sierra de Sintra (también llamada como Monte da Lua, la Montaña de la Luna), son sencillamente cautivadoras, y solo el fuerte viento hace despertar del letargo de mirar Sintra de sus almenas.
El Castelo dos Mouros (Castillo de los moros) fue fortificación árabe entre los siglos VIII y IX , punto de vigilancia de la región para defender Lisboa al sur. El el siglo XII el avance de los cristianos de Dom Afonso Henriques, primer rey de Portugal provocó reformas importantes, con aportaciones románicas aún visibles como la capilla consagrada a San Pedro que funciona como punto de interpretación de la historia del castillo. Las excavaciones han sacado a la luz elementos árabes como aljibes, necrópolis y viviendas.
El paso de ronda se puede recorrer casi completamente desplazándonos por las escaleras que brindan espectaculares vistas del Palacio de la Pena desde la denominada Torre Real, si no hay niebla.
Quinta da Regaleira
Por si el impacto visual del castillo de Pena, o del Palacio Nacional fuese poco -que no lo es- la mansión de estilo neogótico de la Quinta da Regaleira deja asombrados a sus visitantes. El arquitecto italiano Luigi Manini diseñó para el potentado Antonio Augusto Carvalho Monterio que se había enriquecido en la colonia portuguesa de Brasil, un espacio enigmático, que en parte recuerda al Parque de los monstruos de Bomarzo en Viterbo, con un paisaje de cascadas, lagos, capillas, torres, falsas entradas, túneles ocultos y un sinfín de simbología masónica. Quizá el espacio más emblemático es el «pozo iniciático», que con su torre invertida y la escalera de caracol parece conducir al Averno de ‘La Divina Comedia’ de Dante Alighieri.
Palacio Nacional de Sintra
Palácio Nacional de Sintra o Palácio da Vila está en el corazón urbano en el posible asentamiento del alcázar musulmán. El edificio es del XVI pero hereda aspectos arquitectónicos árabes como el revestimiento blanco y muchos detalles decorativos que se combinan con rasgos manuelinos. Las dos chimeneas cónicas de las cocinas dibujan un perfil que hace inconfundible el Palacio de Sintra. Fue residencia real hasta la instauración de la República y desde entonces alberga una colección de azulejos y cerámicas de Portugal, además de estancias palaciegas.
La Sala dos Cisnes servía como espacio de banquetes, conciertos y fiestas de la realeza y el techo está decorado con cisnes. Aunque la espacio más espectacular es la Sala dos Brasões, con azulejos blancos y azules que reproducen escenas de la historia portuguesa. Una franja de escudos y blasones de las principales familias nobles del siglo XVI separa los azulejos de la bóveda octogonal. También es exquisito el trabajo de mosaicos policromados y el techo tallado de la Capela Palatina. Pero la que a veces atrae más interés es la Sala das Pegas (urracas), con 136 aves portando una rosa y un pergamino donde se lee «Por bem».
Dice la leyenda que el rey solía intimar con las doncellas, y cuando la reina le sorprendió besándose con una de ellas exclamó“Foi por bem”, queriendo decir “esto no es lo que parece”. El suceso y su Foi por bem generó un soberano cotilleo palaciego, y una coletilla recurrente, que el propio rey quiso plasmar escenificando a las damas como urracas. Sin embargo, la alusión más probable probable es que sea un gesto a la Casa de Lancaster, de la que procedía la reina. Uno de los espacios del final del recorrido del palacio de Sintra son las enormes cocinas, desde donde se observan las chimeneas características.
Chalet de la Condesa D’Edla
El Chalet y jardín de la Condesa son uno de los últimos espacios en recuperarse. La restauración permitió recomponer un pedazo más de la historia de Sintra. Aunque para algunos no es una visita imprescindible, el Chalet de la Condesa Edla merece la pena por el placer de disfrutar sin la vorágine de turistas frenéticos que encontramos en el Palacio de Sintra, el Castillo de los moros, o el Palacio de la Pena.
El rey Fernando II tras quedarse viudo se casó en 1869 con la actriz y cantante de ópera Elisa Hensler, que tras las nupcias se convirtió en Condesa de Edla. El monarca ordenó construir entre 1864 y 1869 una casa de estilo alpino para complacer a su esposa nacida en el actual cantón suizo de Neuchâtel. El uso de corcho imitando enredaderas sirve de decoración exterior del Chalet, que en su día tenía vistas directas del Palacio de Pena, hoy rodeado de espeso arbolado. En los años 90 se propuso su restauración pero un incendio lo dañó gravemente. Afortunadamente los diseños previos han permitido que recobre la vida, reproduciendo el aspecto interior que pudo tener a finales del siglo XIX, con el uso de estucos, azulejos y corcho . En los aledaños del chalet de Edla está la Feteira da Condessa (jardines con especies exóticas) unos invernaderos, caballerizas donde duermen los caballos con los que se pueden hacer excursiones a caballo por el parque y la casa del jardinero.
Palacio de Monserrate
La pasión botánica del inglés Francis Cook (I vizconde de Monserrate que amasó gran fortuna con la industria textil en Portugal) originó el precioso jardín botánico dentro del Palacio de Monserrate. De todos los rincones del mundo llegaron especies de plantas que se adaptaron sin problemas al clima húmedo de Sintra. Especies de helechos gigantes de Nueva Zelanda se mezclan con otras tres mil plantas exóticas llegadas de México o Japón.
Presidiendo esta joya botánica está el palacio de estilo morisco nazarita, con claras alusiones a edificios hindúes, donde destaca una torre circular, cúpulas bulbosas y detalles exóticos en la decoración, considerado uno de los mejores exponentes del arte romántico portugués.
Es obra del arquitecto británico James Knowles Junior a mediados del XIX, cien años después de que el terremoto de 1755 dañase la anterior construcción neogótica. Aquí se alojó Lord Byron en su paso por Sintra (así como en el hotel Lawrence), lugar que le marcó profundamente. Después de su restauración el Palacio de Monserrate se puede visitar, siendo además un espacio mucho más tranquilo que otros palacios de Sintra.
Palacio de Seteais
El hoy hotel de lujo del Palacio de Seteais (construido a finales del siglo XVIII / principios del XIX) fue un «pequeño» capricho del cónsul de Holanda Daniel Gildemeester. El elegante palacio de color rosado se acomoda en la accidentada geografía formando un mirador perfecto de la sierra e incluso el mar y los huéspedes del hotel pueden disfrutar de salas lujosamente decoradas como la Sala Pillement, con escenas figurativas y la Sala da Convenção.
Otros lugares con interés histórico y que se pueden conocer en una estancia de dos o tres días en Sintra son la Quinta da Penha Verde, iniciada por el virrey portugués João de Castro en siglo XVI; el Palacio de Ribafrias, el Convento de la Trinidad del Arrabalde, la iglesia románica de Santa María, o algo más alejado el Palacio de Queluz.
MUSEOS DE SINTRA
Además de las colecciones de los espacios citados, dos propuestas destacadas de entre los cinco museos son el espacio interactivo de «Sintra Mitos y Leyendas», ideal para conocer las leyendas que rodean Sintra; y el Museo del Juguete (Museu do Bringuedo) obra del coleccionista Joao Arbués Moreira y uno de los más importantes de Portugal en su genero.
HOTELES Y ALOJAMIENTO EN SINTRA
Sintra es un lugar muy visitado, y aunque la mayoría del turismo llega para hacer una excursión de un día y volver Lisboa o Cascais, le demanda es tan alta que es mejor reservar con antelación para optar a precios baratos u ofertas de alojamiento. Hay bastantes apartamentos, villas o quintas de lujo, bed and breakfast, algún albergue y en mayor proporción hoteles.
Dónde comer – Restaurantes en Sintra
Hay muchos restaurantes en Sintra, siendo algunos de los mejores y típicos el lechón de Negrais, la carne de cerdo al estilo Mercês, el cabrito o el asado de ternera. Uno de los mejores restaurantes es Toca do Javali, en la Rua 1º de Dezembro. Para el postre de queijada, y los travesseiros (dulces de hojaldre y pasta de almendra) una de las mejores pastelerías es Periquita.
Oficina de turismo de Sintra
En la Praça da República, 23 en el centro de Sintra está la oficina principal de turismo donde proveerse de mapas, horarios y folletos en español sobre los monumentos y parques de Sintra.
Cómo llegar a Sintra desde Lisboa
La conexión de transporte público desde Lisboa hacia Sintra es muy buena gracias a la frecuencia de trenes que parten desde las estaciones de Oriente, Rossio y Entrecampos. El billete de tren está incluido con la tarjeta turística Lisboa Card.
El transporte es la mejor opción para llegar ya que los parkings y carreteras de acceso a los principales puntos de Sintra se saturan por la abundancia de turistas, especialmente en verano y semana santa. Si se pretende visitar otros puntos del Parque de Sintra el coche si que puede ser una buena opción aunque existen en todo caso autobuses que cubren todos los lugares.
Cómo moverse en Sintra
Desde la estación hay apenas diez minutos hasta el Palacio de Sintra, mientras que el servicio de autobús nº 434 hace la principal ruta turística desde la estación de tren de Sintra, pasando por el acceso al Castelo dos Mouros, el Palácio Nacional da Pena y posteriormente el Centro histórico de Sintra (y el Palácio Nacional de Sintra) para regresar a la estación de tren. También hay conexiones con la costa, donde se pueden visitar las playas o el Cabo da Roca, el punto más occidental de Portugal y de Europa.
HISTORIA DE SINTRA
Sintra comenzó a ser conocido en los círculos culturales y aristocráticos de Portugal y Europa a partir de la decisión del monarca Fernando II (apodado el ‘rey artista’) de restaurar e 1840 el monasterio en ruinas de… para convertirlo en residencia real. Paralelamente se llevaron a cabo actuaciones paisajísticas para repoblar los bosques de la Serra, añadiendo especies de flora exóticas llegadas de todo el mundo.
La familia real encontró en Sintra a apenas 30 km de la capital, un microclima para los calurosos veranos lisboetas ya que la cornisa de pequeñas montañas que apenas superan los 500 metros de altura, sirve de parapeto para las nubes que llegan del Atlántico, condensando la humedad y la fina lluvia que suele regar los bosques del Parque.
En torno al Palacio de la Pena se dibujó una red de jardines de corte romántico, con cascadas, arroyos, estanques, capillas, caballerizas o edificios como el Chalet de la condesa Edla. Familias de nobles o destacados miembros de la burguesía adquirieron fincas y construyeron lujosas villas alrededor de Sintra a partir de la segunda mitad del siglo XIX, como Vila Sassetti.
No solo monarcas y gente adinerada fueron fieles a Sintra, si no que intelectuales, escritores como Pessoa, Hans Christian Andersen o Lord Byron, o pintores como pintores como Cristino da Silva o Domenico Schioppetta se quedaron eternamente prendados. La construcción de la línea ferroviaria en 1887 que conectaba Sintra con Lisboa significó el impulso definitivo para su crecimiento.
Sintra se convirtió así en un enclave recurrente para la élite europea, y al mismo tiempo exponente de la arquitectura romántica europea que recuperaba elementos góticos, egipcios, moriscos y renacentistas, acompañados de un paisaje de parques, y jardines donde se mezclaban especies locales y exóticas de árboles y plantas.
Sintra se ha convertido en un polo turístico que absorbe un número importante de viajeros, muchos de los cuales sólo permanecen un día, con excursiones de un día. Por este motivo a primera hora de la mañana o a última de la tarde Sintra está mucho más tranquila que en las horas centrales del día. Aún así, incluso entre semana o en los meses de invierno y primavera, hay grupos de tours organizados visitando Sintra y el Palacio de la Pena.
Cabo de Roca
Principales monumentos
Castillo de los Moros
Palacio Nacional de Sintra
Parque y Palacio Nacional de la Pena
Palacio Nacional y Jardines de Queluz
Parque y Palacio de Monserrate
Quinta da Regaleira
Palacio de Seteais
Cabo de Roca
Convento de los Capuchinos
Chalet y Jardín de la Condesa d’Edla
Granja de Monserrate
Caballerizas y Granja Ornamental de la Pena
Consejos sobre el tiempo en Sintra
La niebla cubre a menudo Sintra, por lo que siempre que se pueda planificar el viaje atendiendo a la previsión meteorológica, es un buen consejo hacerlo ya que se puede dar la situación en la que la espesa niebla impida ver el paisaje con el palacio de Pena o el castillo dos Mouros.
Excursiones y tours organizados a los lugares del Parque de Sintra