El cine portugués tiene una larga tradición, que se remonta al nacimiento del medio en el siglo XIX. La noche del 18 de junio de 1896 se recuerda como la noche en que se realizó la primera sesión de cine en Portugal.
Aurelio da Paz dos Reis pionero del cine portugués, rodó imágenes que proyectó por vez primera el 12 de noviembre de 1896. Sus primeros trabajos reflejaban la vida cotidiana, característica de las películas de Harry Short y delataban claramente la influencia de los Lumiere.
En 1898, Manuel Costa Veiga fundaba la primera empresa dedicada enteramente al incipiente sector de las películas, “Portugal Filmes”, poco a poco el cine deja de ser considerado un fenómeno de circo y un arte de “ilusionistas” para comenzar a ver reconocida su función social y sociológica.
La década de los 20 trajo otro género de películas, de carácter melodramático, donde la descripción de ambientes, básicamente rurales, es más relevante que el argumento. Los años 30 llevaron a Portugal la novedad del cine sonoro. La década de los 30 se distinguió además por la producción de películas de muy diferentes estilos, si bien en muchos de ellos se resaltaba el carácter “auténtico” de la vida rural frente a la artificialidad de la vida urbana.
En el inicio de los 40 el cine vive un momento de gran creatividad y éxito, acentuándose la variedad de géneros que ya se había visto en la década anterior.
La mayor novedad que produjo la década de los 50, dominada por la falta de imaginación y de medios, fue la aparición de cineclubes y la apertura al público de la Cinemateca portuguesa, en 1958. El Cinema Novo, (literalmente «nuevo cine») surgió como un movimiento interesado en mostrar realismo en el cine, en la vena del neorrealismo italiano y la nueva ola francesa.
Los siguientes años fueron beneficiosos para el cine portugués, con nuevas producciones, artistas y directores que consiguieron llevar el cine hasta lo que es hoy. A pesar de que la industria cinematográfica portuguesa tiene una producción anual que no suele pasar de los quince largometrajes, Portugal ha logrado un enorme prestigio en el panorama cinematográfico internacional, gracias a un puñado de directores cuyos films nunca faltan del circuito de los principales festivales, como los de Berlín, Cannes, Venecia, San Sebastián o Toronto. El patriarca de todos ellos es, sin duda, Manoel de Oliveira.
Películas importantes:
Fragmentos Entre el Tiempo y los Ángeles
Naturaleza muerta
Glória
La línea del Horizonte
Los mutantes
El río de oro
Va y ven
La Carta
Vuelvo a casa
Zapatos Negros